http://feeds.feedburner.com/TerritoriosGobernanzaYDemocracia Territorios Gobernanza y Democracia: AMARTYA SEN FIN

Espacio dedicado al estudio y promoción del desarrollo local, los territorios y la descentralización

lunes, 14 de mayo de 2012

AMARTYA SEN FIN


La noción de libertad de A. Sen, orientada a que el ser humano sea capaz de ser y de actuar de acuerdo con sus valores, tomando las decisiones que considere adecuadas y recuperando  el dominio sobre su vida, remite a reflexionar en torno a los valores de los que estamos hablando, toda vez que  la civilización actual ha impuesto unos “no –valores”  tales como el  individualismo (realización personal a cualquier precio), el consumismo y la competencia descarnada, que  predominan sobre la idea de  de vida en comunidad. La consecuencia es  que  los seres humanos vemos limitada nuestra capacidad real de actuar basados en  valores tales como el respeto a la vida,  la dignidad de las personas,  la libertad o la solidaridad. Como siempre, los menos favorecidos son  los más perjudicados y carecen  en la práctica de derechos. La propia democracia representativa, concebida por Sen   como un valor y el mercado como signo de libertad, se encuentran hoy  profundamente desacreditados por el imperio que ejercen sobre ellos los poderes reales, incluidos los grandes medios de comunicación de masas.  A. Sen no profundiza el análisis en torno a estos poderes reales – aunque sostiene que la pobreza es producto, en buena medida, de una desigual distribución del ingreso,  fuente a su vez de malestar social; y no traza un camino  orientado a encarar a estos poderes de manera eficaz[1].  

Por otro lado, para A. Sen la buena vida se sitúa esencialmente en la esfera del consumo e implica el  acceso a bienes materiales para llevar una vida digna: Ingresos económicos, sustento asegurado,  alimentos,  agua limpia  alojamiento, vestido, acceso a energía, calefacción, salud, seguridad; pero también  desarrollo de relaciones familiares y sociales adecuadas, reivindicación de libertades, de un ambiente sano y protección de los ecosistemas.  En ese sentido, más que un listado de necesidades básicas  [2], A. Sen propone el desarrollo de  las capacidades positivas, como él llama a la suma de las principales funciones humanas.  Hay quienes sostienen que estas capacidades positivas  son en realidad la realización de derechos, que en la formulación que hace A. Sen corren el riesgo de invisibilizarse.

Más allá de las críticas que puede merecer el pensamiento de A. Sen, lo cierto es que inaugura una nueva forma de concebir el desarrollo, que carece de una formulación concreta que haga posible su concretización y que por consiguiente, no ha sido implementada aún en ningún lugar.  Por lo tanto, se ubica al interior de lo que podemos  llamar “ideas utópicas”[3], que –adelantadas a su tiempo – históricamente casi siempre han estado estrechamente relacionadas con un espacio específico[4], terreno de experimentación y de innovación.  En el siglo XIX  esta tradición se rompió con la revolución de 1848 en Francia, que le valió decir a C. Marx en el Manifiesto Comunista, que el socialismo utópico no había logrado percibir la existencia de un sujeto   que llevara a delante los cambios sociales. Años más tarde, con el advenimiento de la Comuna en 1871, Marx  podría encontrar una fórmula concreta  de sociedad alternativa.  En todos los casos el modelo  que se repite es el de comunidades libres, democráticas y confederadas donde el territorio juega un papel fundamental. En el caso de A. Sen su propuesta de desarrollo ha sido adoptada, de una manera u de otra, por muchos de los especialistas en materia de desarrollo local, en las diversas variantes que han sido expuestas en el acápite respectivo.


[1] Ver al respecto: “A. Sen y el Desarrollo como Libertad: La Viabilidad de una Alternativa a las Estrategias de Promoción del Desarrollo”, María Edo, Departamento de Ciencia Política y Gobierno, Licenciatura en Estudios Internacionales, Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, 2002.
[2] Rawls.NBI.
[3] En aplicación de las   ideas de A. Sen  el PNUD ha creado  los Índices de Desarrollo Humano, que están basados en tres variables principales: Salud, educación y vida digna, que son medidos cada año a fin de monitorear el avance de los países en materia de desarrollo; los mismos que simplifican y reducen las propuestas de Sen.  
[4] Desde las utopías platónicas, pasando por las del renacimiento, léase Moro o Campanella,  y las del siglo XIX (principalmente Owen, Fourier, Proudhon), hasta M. Gandhi, el pensamiento utópico ha estado relacionado por lo general con territorios concretos, que son donde estas utopías han sido imaginadas.