En la dirección de una propuesta alternativa de
desarrollo se encamina Martya Sen [1] cuando plantea que la
riqueza no tiene valor en sí misma sino que constituye un medio para que las
personas puedan ejercer sus capacidades con libertad, alcanzar la felicidad y prolongar su existencia; y que el desarrollo debe evaluarse no por el
nivel de riqueza monetaria sino por la capacidad de llevar una vida digna de
valorar y por el grado de libertad que se
posee.
Desafortunadamente,
agrega Sen, la realización de
esta aspiración se encuentra aprisionada por la ausencia de oportunidades que tienen los seres humanos para desplegar
sus capacidades políticas,
económicas y sociales. Esta falta de oportunidades configura una
situación de pobreza, que no es sinónimo de renta baja sino de privación de capacidades, originada por una mala distribución de la
riqueza. Desde este punto de vista la
estimación monetaria de la línea de pobreza es un ejercicio engañoso. Es
paradójico, dice Sen, que en un mundo en
el que el incremento de la productividad y el avance de la ciencia y de la
tecnología han dado saltos que eran inimaginables un siglo atrás, siga existiendo
hambre, desnutrición, enfermedades crónicas, insalubridad, que tienen
una relación directa con las desigualdades que genera el funcionamiento
del sistema económico actual, basado en
la fetichización del dinero y en el
utilitarismo a ultranza. El utilitarismo
estima la felicidad, el placer, el grado de cumplimiento del deseo de
los individuos teniendo en cuenta variables como el resultado y la utilidad de los actos qué
estos emprenden, y la suma de las utilidades de las acciones de todas las
personas. Este enfoque es reduccionista,
no presta atención a los derechos y
libertades, es indiferente a la distribución de la riqueza y no tiene en cuenta
la situación personal, social ni cultural de los individuos. En contraposición Sen propone un desarrollo
basado no en el crecimiento económico sino en las necesidades de los seres
humanos en la razón y en la libertad, de forma tal que las personas recuperen el control sobre sus vidas.