Se sostiene que el intento de revocar a la Alcaldesa de Lima se explica por el revanchismo y la envidia de los grupos que perdieron la elección el año pasado. Esta es una verdad a medias. Lo cierto es que Lima Metropolitana mueve miles de millones de soles en construcción, comercio, servicios, transporte, turismo; y que la Municipalidad de Lima recibe diariamente presiones fuertísimas para que se otorgue luz verde a múltiples proyectos sin los rigores de la norma. El uso consuetudinario de solucionar los impasses que se presentan por debajo de la mesa ya no va más. Eso ha terminado poniendo nervioso a más de un inversionista. Y explica por qué existe una bolsa cuantiosa destinada a pagar la logística necesaria para tentar la revocatoria. Este hecho lo saben hasta el cansancio los periodistas asignados a cubrir la noticia en la Municipalidad de Lima y los propios funcionarios, sin hablar de empresarios y líderes de opinión. ¿Por qué IPYS no denuncia de oficio al los diarios Correo y Perú 21 por mentir descaradamente a ojos y paciencia de todo el mundo? ¿Por qué no se informan las actividades de rendición de cuentas que realiza la comuna limeña, como la del sábado último por ejemplo? ¿Por qué se repite hasta el cansancio un argumento falaz como el de la ineficiencia, cuando se sabe que la actual administración ha ejecutado de manera exitosa la mayor parte de su presupuesto? Si bien algunos periodistas hacen mención a la vocación de coche bomba de una derecha torpe y achorada, prefieren no hablar del papel que juegan los empresarios en todo esto, porque – dicen – una crítica de esta naturaleza atentaría contra la inversión privada. Así, estamos condenados a es pectar inermes este juego de de marionetas. Y cuando termine, si finalmente la revocatoria procede, nuestros líderes de opinión dirán “qué lástima pues, pero así es la democracia, finalmente el pueblo lo ha querido”. Es la primera vez que se pretender revocar a una alcaldesa... ¡Por honrada!
Ante una iniciativa política no hay otra forma de responder con otra iniciativa política. En esa medida la forma cómo Susana viene haciendo frente a los acontecimientos no parece la más adecuada. No se trata de cuantas obras se realicen en el 2012 o de cuanta eficiencia se demuestre. El objetivo de demoler su gestión y su figura política está en marcha. Y ello la va a afectar no sólo a ella o a su gestión, sino a todos aquellos que creemos que es posible una gestión municipal en Lima honesta, eficiente y con una clara opción preferencial por los pobres. Por eso es un problema que nos atañe a todos.
