http://feeds.feedburner.com/TerritoriosGobernanzaYDemocracia Territorios Gobernanza y Democracia: LA POBREZA EN EL PERU NO SE HA REDUCIDO AUNQUE EL INEI AFIRME LO CONTRARIO

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jueves, 31 de mayo de 2012

LA POBREZA EN EL PERU NO SE HA REDUCIDO AUNQUE EL INEI AFIRME LO CONTRARIO




Coincidentemente con la crisis en Cusco  y el anuncio de la movilización en Cajamarca, el INEI ha dado   una información  alentadora: El número de pobres en el Perú continúa descendiendo, lo cual podría ser expresión del éxito de las políticas económicas  implementadas en los últimos años y revelaría lo  poco racional que resultan las protestas sociales.  ¿Cómo llega el INEI a esta conclusión?  Sosteniendo que  si una persona  tiene un gasto mensual  promedio de 272 soles (equivalente a 9 soles diarios)   esa persona se encuentra por encima de la línea de pobreza.  Veamos:   Si esa persona trabaja,   gasta en pasajes al día por lo menos  3 soles.  En almuerzo, preparándose los alimentos,  otros 3 soles (tiene el INEI actualizados los precios de los productos de primera necesidad?).    Luz, agua, arbitrios, auto avalúo, mantenimiento, unos 2 soles por día (considerando  que estos gastos se comparten con otra persona) 1  sol  para comer de noche.   En total,  9 soles.  Si ese fuera el caso, esa  persona, que “no es  pobre”,  no tiene dinero suficiente para cubrir sus necesidades de  salud, educación, recreación, cultura, para ir al cine, salir,  pasear, comprar un libro,  adquirir ropa de vez en cuando, para tomarse una gaseosa, celebrar un cumpleaños.  Entonces  esa persona está sobreviviendo y no viviendo.   

Peor aún si consideramos  que ser “no pobres” es tener oportunidades que le permitan a una persona la libertad para realizarse como ser  humano y no tener que bajar todos los días a vender chicles a la pista para llevar algo que comer a su casa por la noche.  La mayoría de peruanos tiene que afrontar  períodos prologados de tiempo o toda su vida,  con cinco o diez soles en el bolsillo sin tener una familia como retaguardía,  y en los pueblos del interior del país con nada.  Para todos ellos las cifras del INEI no significan mucho. O acaso sí, una burla a su pobreza. Por eso ya es hora de acabar con esa “verdad absoluta”   no cuestionada, asumida como natural, que es la medición de la pobreza en los términos en los que la hacen los organismos encargados y que los economistas de por sí dan por válida (aún los más progresistas) Sólo así podremos ver el horizonte de lo que verdaderamente nos falta recorrer para alcanzar la meta del desarrollo.