http://feeds.feedburner.com/TerritoriosGobernanzaYDemocracia Territorios Gobernanza y Democracia: EMPEZANDO A DEFINIR EL CONCEPTO DE TERRITORIO: 3. EL ENFOQUE DE LA SOCIOLOGIA, PARTE 1.

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miércoles, 30 de noviembre de 2011

EMPEZANDO A DEFINIR EL CONCEPTO DE TERRITORIO: 3. EL ENFOQUE DE LA SOCIOLOGIA, PARTE 1.

La sociología como disciplina en sus inicios, fue ajena a las ideas utópicas y al pensamiento crítico. Surgió como una aproximación que permitiera entender los males de la sociedad sin cuestionar plenamente las causas de los problemas sociales. A diferencia de hoy, que reconoce la importancia que ha tenido el pensamiento crítico para comprender mejor y transformar la realidad social existente.
Un hito importante en relación con el territorio es el pensamiento de Georg Simmel (ver artículo). Según este sociólogo alemán, el proceso de socialización está determinado por la “acción recíproca”, que además de modificar el comportamiento de cada uno de los actores, crea formas específicas de relación que van más allá de éstos. De acuerdo con ello, el territorio no sería tanto una extensión geográfica de determinada dimensión, cuanto expresión de las fuerzas internas que agrupan a sus habitantes. “En el instante en el que dos personas entran en relación recíproca, el espacio entre ellos cobra vida, parece lleno y animado”, dice Simmel.
En esa misma dirección, las fronteras no constituirían principalmente un hecho espacial con consecuencias sociológicas, sino un suceso sociológico con efectos espaciales. Así, no son los territorios los que se limitan mutuamente sino sus habitantes, las “fronteras mentales”. Esta definición de frontera permite suponer que podrían gestarse otro tipo de fronteras (y por consiguiente otros “territorios”); o que las fronteras podrían no existir o sí pero ser menos rígidas, más flexibles. La sociedad actual, tiende, sin embargo, a reforzar las fronteras existentes y a segregar a los individuos que se encuentran “del otro lado de la línea”.
Más allá de los enfoques principalmente cuantitativos de la sociología (predominantes a inicios del siglo XX), los exponentes de la después conocida “Escuela de Chicago”, recogieron esta aproximación cualitativa para aplicarla a la ciudad. Como sabemos, las ciudades norteamericanas, particularmente Nueva York y Chicago crecieron exponencialmente en ese tiempo, por el nutrido arribo de inmigrantes europeos y de los propios connacionales, muchos de ellos afro descendientes.
Dos destacadas figuras de esta corriente fueron Isaac Thomas y Robert Park. El primero, reflexionando en torno a la importancia de la comunidad en el territorio, y el segundo, llamando la atención sobre la “racionalización” de la actividad humana en la ciudad, el espíritu competitivo predominante en ella y el desarrollo de relaciones secundarias.
Otro representante de esta corriente, Luis Wirth escribió en 1938 un trabajo que llegaría a ser paradigmático: “El Fenómeno Urbano como Modo de Vida”. Donde define a la ciudad desde una perspectiva que incide en el análisis de las interrelaciones que se establecen en ella: “La ciudad es una forma específica de asociación humana con un modo de vida distintivo”. Algunas de características de estas interrelaciones serían: Variedad, diversidad, “lejanía” entre unos y otros, contactos superficiales, roles segmentados, anonimato, erosión de la solidaridad social, desconfianza, individualización, soledad. En estos términos la ciudad es entendida como un territorio donde el individuo lucha encarnizadamente por su sobrevivencia.
Esta forma de abordar los fenómenos socio- espaciales, será retomada a inicios de los años 60 en los Estados Unidos, mediante el “Interaccionismo Simbólico”. Philippe Cabin anota: “Contra el funcionalismo, los interaccionistas postulan que el hecho social no es un dato sino un proceso que se construye en el marco de situaciones concretas”. Idea que había sido desarrollada desde el inicio del siglo XX por el psico- sociólogo George – Herbert Mead (1863-1931). “Es en la dinámica de la interacción entre las personas y a través del sentido que dan los individuos a sus acciones (de donde surge el calificativo de simbólico), que se puede acceder a la esencia del juego social” – concluye Cabin.
Uno de los principales representantes de la corriente interaccionista es Erwing Goffman, que siguió sus estudios de sociología en la Universidad de Chicago analizando las interacciones sociales en la vida cotidiana. Dominique Picard anota que, retomando la metáfora teatral, Goffman divide los lugares sociales en varias “regiones”: “Las regiones anteriores (la escena), son aquéllas donde se desarrollan las representaciones: Los actores son confrontados con el público y deben cumplir con sus roles sociales (como el profesor en la clase). Las regiones posteriores (detrás del escenario) están cerradas al público y el actor puede relajar su control o preparar su futura presentación”.