En la ponencia “La Tercera Revolución Urbana en América Latina”[1] Carlos A. de Mattos (Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica de Chile) reseña el proceso que culminó con la nueva estructura productiva global y destaca algunos aspectos enfatizados por S. Sassen en “Sociología de la Globaliación” (Bs. Aires 2007, Kats), principalmente los siguientes: a) La operación estratégica de cada una de las economías que se globalizan no buscan la conexión con su entorno, sino el acceso a una economía conformada por “múltiples lugares especializados concretos”. La globalización, tal como está planteada, desterritorializa por lo tanto al mundo y lo divide en fragmentos [2]; y b) Esta es la base para el desarrollo de un nuevo patrón de urbanización donde las áreas urbanas pasan a formar parte, con desigual presencia e intensidad, de una “red global de ciudades” o macro regiones urbanas. No todas estas regiones ofrecen condiciones igualmente ventajosas para la valorización de los capitales en competencia. Por eso los atractivos conexos que ofrecerán son también desiguales. La repercusión fundamental de este fenómeno – dice de Mattos - es que en estas macro regiones urbanas se observa cada vez con mayor nitidez el impacto de la interacción que existe entre el “mundo de los flujos y el mundo de los lugares”, entre la ciudad invisible (relacional) y la ciudad visible (material). Relación que pisa tierra “en determinados lugares donde las economías de aglomeración existentes pueden ofrecer ventajas para su crecimiento y expansión”. El resultado es un territorio urbano o “red primaria metropolitana” organizado en diversas subcentralidades, que constituyen la base de una estructura policéntrica donde gana terreno la periurbanización (lo ”urbano generalizado”, donde pierde nitidez la diferencia campo ciudad), y en la que pierden importancia las nociones de proximidad y relación centro – periferia. Y finaliza de Mattos, retomando un estudio de M. Chion sobre Lima, en el que éste último dice lo siguiente: “El único centro metropolitano de Lima mantuvo por muchas décadas, se ha desdoblado en múltiples centros especializados y redes de actividades informacionales, industriales, comerciales y culturales. Estos centros han generado una alta densidad de actividades y flujos de capital y de información, creando una nueva jerarquía espacial metropolitana” [3]. El “Inventario de Ciudades”(Global and World Cities Group, Beaverstock & alli, 1999) y de Peter J. Taylor [4] señalan que por lo menos once ciudades latinoamericanas, dentro de las cuáles se encuentra Lima, ya forman parte de esta red mundial de ciudades. ¿Cómo se da el crecimiento de ellas? En el caso de México la mayor parte del crecimiento ya no se da dentro del perímetro urbano sino que se ha trasladado a ciudades medias y pequeñas dentro de una región metropolitana ampliada, como es el caso de la ciudad de Querétaro.
[1] X Seminario Internacional RII Red Iberoamericana de Investigadores sobre Globalización y Territorio, Querétaro, Mayo 2008.
[2] De Mattos indica que según la UNCTAD mientras en 1993 se contabilizaba un número total de 37 mil empresas multinacionales con 175 mil filiales, en el año 2007 el total de esas empresas había ascendido a 78400 y el número de filiales, a 780000.
[3] “Chion M: “Dimensión Metropolitana de la Globalización: Lima a fines del siglo XX”, Revista Eure, Santiago, No. 85, 2002.