Hace unos días conversaba con un amigo. Pasábamos por la Avenida Abancay y hablábamos de la situación de transporte, cuando a boca de jarro me dijo: “¡Yo voy a votar a favor de la revocatoria!”. “¿Por qué?”le pregunté.”Porque la alcaldesa no ha hecho nada” me respondió. “¿Cómo que nada?” le retruqué. Y le enumeré algunas de las principales iniciativas que viene desarrollando la Municipalidad de Lima, entre otras, Villa Parque Rimac, la reforma del transporte, la ampliación del Metropolitano la modernización del comercio mayorista, el programa Barrio Mío, así como la inversión proyectada en obras de vialidad. “Son obras de Castañeda -me retrucó- ¡Pretende ganar indulgencias con avemarías ajenas”. Incomodo, le expliqué que en principio la obras que hace una municipalidad no son de uno o de otro sino de la ciudad, y que es una buena práctica continuar lo que ya inició tu antecesor y no volver siempre a cero, gastando inutilmente grandes cantidades de dinero que provienen de nuestros bolsillos. “además – abundé en argumentos- los proyectos de inversión tardan en madurar. En su primer año era imposible que la MML ejecutara proyectos ideados enteramente por la nueva administración. Ten en cuenta además – concluí –que el gobierno municipal recién electo trabaja con el presupuesto aprobado el año anterior”- “Puedes tener razón en este aspecto, pero fíjate que muchas de las cosas que hace Susana Villarán van contra el pueblo, mira nomás el asunto del transporte y el de los comerciantes. Los choferes y los cobradores se van a quedar sin trabajo, lo mismo que los de la Parada”. “¿Tú crees que los empresarios del transporte o que los mayoristas son personas que carecen de recursos para sobrevivir? –inquirí. Y yo mismo me respondí: - Tú sabes bien que no es así. Los que sí pueden sufrir las consecuencias son los choferes y cobradores, pero a ellos se les va a formalizar poniéndolos en planilla, regulando sus horas de trabajo, otorgándoles beneficios sociales. Y los minoristas y ambulantes de la parada, los cargadores que en algunos casos deberán reconvertirse. Ya la municipalidad tiene un plan para ello”. “Planes que se quedan en el papel. El pobre es siempre pobre y la autoridad nunca se ocupa de él”-me dijo mi amigo-. Hubiera querido decirle que en este caso ello no era así, pero preferí no cargar la tinta y dejar que siguiera fluyendo una conversación que se tornaba cada vez más animada. Le pregunté: “¿Y qué piensas del programa Barrio Mío”? “No lo conozco –me respondió- Algo he leído en algún titular pero a mi barrio no ha llegado. ¿Sabes tú lo que es vivir en los cerros? –replicó -. Y se enfrascó en un monólogo sobre los tres goles que acababa de meter Pizarro en la liga de campeones.